La creciente y otras narraciones – 1ra edición (Edición en Español)eBook
Autor: Armida de la Vara
Hay escritores que nos producen un desasosiego al constatar el desinterés público por toda una obra dedicada a las letras, toda una vida en que la fuerza de una vocación se impone a las continuas desviaciones de una existencia constreñida por las costumbres -sobre todo en el caso de las mujeres que quieren cumplir con todos los papeles que la tradición les impone-, su legado no llega casi nunca al reconocimiento que en muchas ocasiones esa obra merece; tal es el caso de Armida de la Vara.
De alguna manera se trata de justificar este desinterés porque en la visión centralizadora de la cultura mexicana pareciera que los escritores que no hacen su carrera literaria en la ciudad de México carecen de importancia. Y esto se hace más evidente cuando éstos pertenecen a la zona llamada prejuiciadamente de «los bárbaros del norte». Han tenido tales escritores, sobre todo los que se quedan en el terruño, que luchar continuamente hasta que en el presente se ha reconocido una importancia tal como la de aquéllos que hacen su carrera en el centro del país.
Armida de la Vara es una escritora sonorense, que nace en un pueblo remoto llamado Opodepe, cuyos primeros trabajos son leídos y publicados en los pequeños círculos literarios de su tierra. Desde muy joven, y acuciada por un definitivo amor por las letras, sale del terruño, hace estudios normalísticos en Hermosillo; ella, junto con otras mujeres, la mayoría poetisas, lucha en un medio hostil por divulgar sus obras. Finalmente llega a la ciudad de México e ingresa a la Universidad Nacional, en el Colegio de Altos Estudios, donde sus compañeros Arturo Souto, Horacio López Suárez, y algún otro, la recuerdan como una joven estudiosa, muy seria, si bien su amplia sonrisa le otorgaba cierto encanto. Durante esos años, ella se apasiona por la literatura francesa y lee y escribe silenciosamente en una casa de asistencia donde residen jóvenes llegadas de la provincia decididas a triunfar.