Una de las más impresionantes y valiosas características de la humanidad es el lenguaje, nuestra capacidad de comunicar nuestros pensamientos y sentimientos. Esta capacidad ha trascendido el lenguaje oral y se ha consolidado en la escritura, desde los prehistóricos pictogramas hasta nuestra moderna escritura. Sin entrar en la discusión sobre qué fue primero, ciertamente cada cultura posee su propio sistema de comunicación (sea el idioma) y han evolucionado conjuntamente. Con el afán de transmitir información de manera más eficaz y efectiva, en los últimos años se ha visto un avance exponencial en el desarrollo de tecnologías que amplíen y mejoren esta habilidad innata. Es decir, se ha procurado que la comunicación no se limite al voz-a-voz, sino que sea recibida por un mayor número de personas con la misma inmediatez que el voz-a-voz y que esté disponible en cualquier momento.
Por ello, los avances tecnológicos nos han dado algo que han llamado “Tecnologías de la Información y la Comunicación” (TIC).
Entre las TIC se encuentran desde la telefonía fija y la televisión (por anticuados que ahora parezcan), hasta los smartphones, los computadores hasta el mismo navegador de internet. Estos elementos facilitan el acceso a y la transmisión de información; aunque a veces pareciera que estos elementos solo sirven para entretenernos dejando de lado otros propósitos. Las TIC nos ofrecen herramientas para mejorar, agilizar y simplificar casi todos los aspectos de nuestra vida, por ejemplo, acortan las grandes distancias entre seres queridos, facilitan tareas como la compra y venta de bienes y servicios, agilizan el acceso a noticias de última hora y permiten acceder a investigaciones y enciclopedias que los estudiantes requieren. Del mismo modo, son herramientas útiles para los profesionales, permiten crear estrategias de marketing para la expansión de las empresas, obligan a redefinir y mejorar los fundamentos de algunas profesiones (como se planteaba en ¿Todos somos periodistas?), brindan recursos para la enseñanza y el aprendizaje en los colegios, la universidad y en la misma formación de docentes (ver Informática educativa), e incluso sirven de ayuda en el Derecho.
De igual forma, el derecho ha debido crear una rama especial en derecho informático, pues también las TIC han creado el comercio electrónico, donde se debe tener en cuenta la contratación, el gobierno electrónico y, como también surgen algunos defectos, el delito informático.
Para conocer, en términos generales, la normatividad que aplica a esta nueva rama del derecho y los aspectos legales que deben tenerse en cuenta al utilizar las herramientas que nos brindan las tecnologías de la información y la comunicación, el profesor Fernando Rincón Rodríguez ha construido la obra Derecho en la era de las TIC, donde de forma clara y sintetizada realiza una presentación general de las características básicas del Derecho y de las TIC, para explicitar su relación y dar una guía a los profesionales de ambas áreas con la que puedan abordar ambas disciplinas.