“No podemos resolver problemas pensando de la misma forma que cuando los creamos” – Albert Einstein.
En el ámbito empresarial, una auditoría ambiental consiste en verificar el desempeño de una empresa en términos de sostenibilidad ambiental. En otras palabras, es una buena forma de saber el tipo de huella ecológica que nuestra actividad, empresa o proceso productivo está dejando en el planeta, al mismo tiempo que nos puede indicar cómo reducirla.
Esta auditoría la podemos realizar por nuestra cuenta, o bien, podemos contratar a una empresa reconocida para que nos la practique. Si bien es cierto que puede ser menos costoso el hacerla por nuestra cuenta, si la auditoría es realizada por una empresa de prestigio, nos puede brindar además el respaldo de un experto que avale nuestro compromiso y sea garante de nuestra responsabilidad social empresarial, dando así un impulso adicional a nuestras actividades.
Así mismo, el transformar nuestros procesos productivos hacia un concepto más “verde”, aunque pudiera representar una pequeña inversión inicial, puede generarnos ahorros significativos en el mediano y largo plazo, en términos de facturas de energía, optimización de insumos productivos, generación de valor a los productos residuales, etc.
Por otra parte, en términos de cumplimiento de la legislación aplicable, también es necesario que se practiquen estas auditorías ambientales periódicamente, en especial para validar los permisos ambientales de los proyectos, de los cuales normalmente hay que presentar informes operativos.
En estos informes de operaciones se debe reflejar el desempeño ambiental del “proyecto” que es sujeto del permiso ambiental, documentando la forma en cómo se ha dado cumplimiento al Programa de Manejo Ambiental (PMA). Si por alguna razón no ha sido posible la implementación completa del PMA, o está en proceso, se deberá actualizar el mismo estableciendo un nuevo cronograma de ejecución y el compromiso de realizarlo, el cual deberá ser garantizado por una nueva fianza de cumplimiento ambiental.
Como vemos, el proceso de auditoría ambiental, tal como la auditoría financiera que todos conocemos, es una herramienta más que nos debe retroalimentar sobre la gestión efectiva que hacemos de los proyectos. En este sentido, realizar una buena auditoría ambiental debe permitirnos encontrar aquellas fortalezas y debilidades de nuestra gestión ambiental, de tal manera que potenciemos las primeras y superemos las segundas, haciendo que nuestras actividades, empresas o procesos productivos sean más eficientes.
Ing. Luis Armando Trejo, MAE/DS.
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